Testimonios:
Acudí a Sandra porque me estaba volviendo loca. Tenía una bebé de 8 meses y me sentía totalmente desbordaba. Nunca imaginaría que iba a ser tan duro y tan difícil, después de luchar tanto para conseguir ser madre. Eso me hacía sentir fatal.
Trabajando con ella me di cuenta que era mi autoexigencia la que me estaba poniendo la zancadilla todo el timpo y no me estaba dejando disfrutar de mi bebé.
Y claro, todo son los padres jeje. Trabajamos mi infancia y de donde venían esos pensamientos y esa autoexigencia. He aprendido a rebajar mi exigencia y a rebajar también las expectativas, además, he puesto límites con mi madre, la quiero mucho pero era necesario para mi y para poder disfrutar de mi bebé.
Acudimos a Sandra en un momento de muchísimo malestar. Ya llevábamos 3 años de tratamientos intentando quedarme embarazada y dimos el salto a la ovodonación. Yo no lo tenía claro y cada vez me sentía peor. Fue cuando fecundaron los óvulos y ya teníamos los embriones preparados para hacerme la transferencia cuando no pude mas, era tan grande el malestar que no fui capaz, sólo quería que esos embriones desaparecieran, me hacían sentir fatal.
Tras el trabajo con Sandra pude darme cuenta de mis miedos, rebajar mucho la ansiedad y el malestar y lo más importante, conectar con esos embriones.
Ha sido un proceso muy duro, pero el resultado ha sido muy bonito, poder pensar en los embriones y no sentirme mal, sentirlos míos, quererlos y sentir que aunque no es la manera en la que me imaginaba siendo madre, he aceptado el camino que me ha tocado recorrer.
Sandra es DIOS!! Ella me decía que el trabajo y el esfuerzo eran míos y todo eso, pero ella es una crack. Desde la primera sesión me sentí genial con ella y pude sacar todo lo que había en mi cabeza sin sentirme juzgada. Yo tenía miedo, pánico, terror al parto, pero nivel que me imaginaba pariendo sola en casa sin decírselo a nadie por no entrar en un hospital. Con ella pudimos ver de dónde venía ese miedo y venía de cuando yo era pequeña había vivido cosas que he han dejado huella.
Ha sido brutal, porque después de unas pocas sesiones, podía entrar al hospital sin taquicardias, y bueno, mi parto, mi parto fue intenso y me oyó toda la planta gritar, pero no sentí miedo, sentí que tenía el control y que estaba segura, fue una maravilla.
Sigo trabajando con ella porque habían más cosas guardadas de las que me imaginaba, pero está siendo un trabajo muy bonito. Mil gracias!!!
Está siendo un proceso largo y duro, muy duro. Vamos a hacer 7 años de búsqueda. Encontré a Sandra por casualidad cuando un día, desesperada y con tanto dolor que no me aguantaba ni yo misma, busqué en google y entré en su página y menos mal. Ojalá hubiera estado a mi lado desde el minuto cero, me habría ahorrado bastante malestar.
He pasado de estar perdida, de no reconocerme en el espejo, de aislarme de mi gente, de no cuidarme a mi ni a mi pareja a todo lo contrario. Sigo con días malos, porque este camino tan largo deja huella, pero ahora lo vivo de otra manera. Me cuido, estoy aprendiendo a gestionar las emociones que me hacen daño sin taparlas. He vuelto a hacer las cosas que me gustaban y además he empezado nuevos hobbies.
Espero que en esta historia acabe con un bebé en brazos, pero si no es así, por lo menos estoy empezando a aceptar que no es el único final feliz posible. Ya no me da tanto miedo no ser madre, aunque se que todavía queda trabajo por hacer.
Por fin he encontrado una terapeuta con la que siento que avanzo.
Desde joven he hecho terapia, en muchos periodos en mi vida, y esta es la primera vez en todos estos años que siento que el avance es real y a un ritmo considerable.
Llevaba más de tres años sin ser capaz de decidir si quería ser madre o no, de discernir qué era influencia social y qué era mi decisión, qué era motivado por el miedo… el miedo de perdérmelo, el miedo de que sea una carga no sostenible y para toda la vida…
Empecé terapia en el Instituto de Bienestar Perinatal sin saber si quería serlo, pero buscando dejar de preocuparme y ocuparme de darle una respuesta a esa pregunta ya que a mis 40, o tomaba la decisión o la tomaría la vida por mi.
Cuando reservé se me asignó a María Calpe y no puedo estar más contenta de la terapeuta que me ha tocado, siento que no hay juicio, que hay comprensión y no puedo estar más de acuerdo con su mirada y forma de entender la vida. Para mí lo del EMDR, al principio se me hacía raro y hasta me generaba mis dudas, pero ya en la sexta sesión me voló la cabeza y no hay sesión en la que no me sorprenda como estoy avanzando en temas en los que llevaba años atascada.
He conseguido entender el porqué de tanto bloqueo, he identificado traumas que mi mente había escondido, y lo que es más importante he sido capaz de empezar a tomar acción y avanzar.
Además, hemos empezado a trabajar esos temas familiares que sabía que estaban ahí, que llevo una infinidad de años diciendo que comprendo porque ha pasado, que mi madre hizo lo mejor que pudo con lo que tenía, pero que sabía que en el fondo de mi corazón no estaba perdonando.
Siento que es la mejor inversión que podía hacer para recolocar mi vida y conseguir disfrutar de mi día a día y sentirme en paz para poder cuidarme, cuidar a mi gente y disfrutar de la vida.
(PD.: venga va, que lo suelto, Mamá, te quiero 😊).
María GRACIAS <3.
Para mi el trabajo con Sandra ha sido un antes y un después. Casi nadie en mi vida sabe que sufrí abusos de pequeña y yo lo tenía guardado y enterrado. Cuando empecé el tratamiento de fertilidad, lo vivía con tal miedo y angustia que me paralizaba. No entendía que me pasaba. Sandra, con mucha dulzura y mucho tacto, me ayudó a entender cómo se me activaba todo lo que había en mi interior en este proceso, me hacía sentir sumisa, sin control y vulnerable.
Tras trabajarlo con ella empecé a vivirlo con más naturalidad, no es algo agradable para nadie, pero ya no era esa sensación tan intensa que me paralizaba y me horrorizaba.
Justo hoy, escribiendo estas líneas estoy en la semana 32. en la cuarta transferencia vino el milagro. Estoy disfrutando de este embarazo como nunca pensé que lo haría, sin miedos, y pude llegar a él con más calma. He aprendido mucho de mi y me cuido y me valoro mucho más.
Sin duda la recomendaría con los ojos cerrados.
La maternidad para mi ha sido un huracán, para bien y para mal. Quiero a mi hija con todo mi corazón pero ser madre me dejó echa polvo. Me miraba al espejo y solo quería llorar, estaba aislada de mi gente porque sentía que no encajaba y pensar que mi vida laboral se había frenado en seco me frustraba y me cabreaba muchísimo. Sandra me ha ayudado a gestionar las expectativas y me ha enseñado cómo cuidarme para no petar. Ahora me centro en el día a día y puedo disfrutar de los pequeños momentos sin estar todo el día cabreada. Millones de gracias
Pedí ayuda porque estaba gestionando fatal lo de la infertilidad, cambió mi forma de ser, mi humor, no era yo misma. Cuando empecé a trabajar con ella, en seguida me dijo que antes de nada, había un duelo pendiente, perdí a mi madre con 12 años. Yo lo tenía totalmente enterrado y no me daba cuenta. Trabajar el duelo de mi madre ha sido todo un proceso de autodescubrimiento y ha sido muy sanador, tanto que cambió hasta mi visión del proceso que estoy viviendo. Se lo agradezco muchísimo, ahora me siento con más fuerzas y vitalidad para continuar luchando por mi sueño de ser mamá.
Acudí a Sandra porque mi marido la buscó por internet. Según él yo tenía una depresión posparto, la verdad que yo estaba en mi mundo y no veía nada. Aunque fui con algo de reticencia, fue tan dulce desde el primer momento que me hizo sentir muy bien. Poder decir en voz alta cosas que piensas y que te horrorizan me quitó mucho malestar y sobre todo entender por qué estaba así y entender que no era mi culpa. Me ha encantado trabajar con ella.
Trabajar con ella ha sido un regalo, y trabajar por primera vez con el EMDR ese, para mi son los toquecitos jeje, ha sido impresionante, cuando se lo cuento a mis amigas digo que es magia. Me ha ayudado muchísimo a disfrutar de mi búsqueda de embarazo, nunca pensé que el tratamiento de reproducción asistida podría hacerme tanto daño. Seguimos buscando y a veces no es fácil, pero siento que tengo herramientas y que mi marido y yo somos más fuertes para poder afrontar lo que venga.
Sandra supo en seguida captar lo que necesitaba, ni yo misma lo sabía. Como ella dice, pudimos montar el puzzle y darnos cuenta de lo que realmente me hacía daño. Mil gracias
Me quedo sin duda con la empatía y con su dulzura. Por historias de la vida no es mi primera psicóloga pero ha sido un antes y un después. Sentirte tan segura y sin juicios para mi ha sido super importante.
Fui a Sandra porque tuve un parto muy muy malo. No pensaba que me afectaría tanto pero era incapaz de contarlo, se me ponía un nudo en la garganta sólo de pensar en ello. Me dediqué a cuidar a mi bebé y a centrarme en ella pero sentía que no levantaba cabeza y que la tristeza estaba todo el tiempo. Cuando trabajamos el parto, que resulta que para mi fue un trauma, todo empezó a cambiar. La técnica que utiliza, lo de los ojos, es una pasada. Y fue una pasada que con cinco o seis sesiones ya era la Laura de siempre y sobretodo disfrutaba de mi hija.
Ya desde el primer mes de búsqueda de embarazo tuve ansiedad, se que no me puedo comparar con otras mujeres que tardan años y años en quedarse embarazada, pero en nuestro caso tardamos año y medio y tras la primera inseminación el milagro se hizo realidad a pesar de vivir el proceso con mucha angustia.
Cual fue nuestra sorpresa cuando nos dijeron que venían dos, era como si desapareciera todo el malestar que venía arrastrando, pero eso no duró mucho.
En una ecografía nos dijeron que solo había un latido, que una de las niñas ya no tenía vida. Fue como un golpe en seco, no me lo podía creer. Me sentía bloqueada por el dolor, no era capaz de ilusionarme por la bebé que seguía creciendo en mi barriga.
Con Sandra trabajamos el duelo que le tuvimos que hacer a la pequeña que no vivió, porque nadie entendía que tenía que estar triste, “Alégrate de la que sigue viva” me decían todo el rato.
Y comprendí que también teníamos que trabajar todo lo vivido en la búsqueda, me generaba mucho malestar y mucha ansiedad todavía, ya que pensaba en el parto y me daba terror.
Gracias a ella pude despedirme de mi pequeña y recibir a mi otra hija en un parto maravilloso.
Millones de gracias