Puedes reservar una llamada telefónica de 15 min para aclarar tus dudas
Trauma tras un parto
Cuando das a luz, atraviesas un momento muy intenso, no sólo por el significado de lo que está ocurriendo, y es que estás trayendo a este mundo a un nuevo ser, sino también porque a nivel de nuestro organismo, están ocurriendo cosas muy importantes y potentes en relación a la neuroquímica de nuestro cerebro.
Por todo esto que te acabo de explicar, lo que vives en tu parto, de alguna manera te marca y se queda grabado a fuego en tu cerebro.
Cuando has vivido un parto con seguridad, con confianza y sin miedo, el recuerdo de ese momento te va a emocionar y a traer a tu mente sensaciones muy positivas, pero, qué ocurre cuando ese recuerdo cuando tu parto no ha sido como esperabas.
Si has vivido tu parto con miedo, si sientes que no te respetaron a ti o a tus deseos, si sentiste que tu integridad física o la de tu bebé corrían peligro, si te sentiste vulnerable, si sentiste que algún profesional sanitario no te trató como merecías, puede que hayas tenido un parto traumático.
El resultado de tu parto, que tú y tu bebé estéis bien de salud, no es indicativo de que tu parto haya ido bien, lo que cuenta en toda esta historia es como TÚ LO HAYAS PERCIBIDO.
Si es tu caso, ¿sabes realmente cómo te puede afectar?
Tu cerebro tiene la capacidad de procesar todas las situaciones que vives, durante la fase de sueño REM, se encarga de procesar toda la información, guardando la que corresponde en la memoria a largo plazo o descartando la que cree que no es necesaria, digamos que tu cerebro hace la digestión de tus vivencias cuando duermes.
Cuando sufres un evento traumático, es decir, una situación que te genera un malestar intenso, tu cerebro a veces se queda atascado y esa vivencia se queda sin procesar, sin digerir, lo que conlleva que se quede muy viva en el momento presente y haga que sigas sintiendo lo que sentiste en el pasado.
Puede que te vengan imágenes de lo sucedido, puede que te vengan emociones, como el miedo, la culpa, la desesperación o la tristeza, puede que te vengan creencias negativas relacionadas con la vivencia, como estoy en peligro, no puedo hacer nada por controlarlo, soy débil.
Quiero decirte que sentir todo eso es normal si has vivido una experiencia tan intensa que has percibido como muy negativa.
También quiero decirte que procesar ese evento del pasado es posible y la terapia que lo hace se llama EMDR.
Algunas pacientes relataban:
“Siento que me robaron mi parto”
“Me viene a la mente todo el rato la imágen de la tela verde delante de mí”
“Esa matrona me hizo sentir que no era capaz de parir a mi hija”
“Siento mucha tristeza desde el parto y no soy capaz de gestionarla”
“Me cuesta conectar con mi bebé, las imágenes del parto aparecen en mi mente sin que pueda controlarlas durante todo el tiempo”
“No quiero pensar en ese día, solo quiero borrarlo de mi mente”
“No me entienden, la gente sólo me dice que por qué me quejo si yo y mi bebé estamos bien”
Estas mujeres vivieron un parto traumático y les generó un trastorno de estrés postraumático. Según la OMS, una de las mejores técnicas para resolver esta situación es la terapia EMDR, ya que ayuda a procesar la vivencia traumática y a disminuir o eliminar el malestar en el presente. Se consigue poder recordar esa vivencia con un nivel de malestar igual a cero.
→ Ahora, un pequeño ejercicio que puede ayudarte a procesar una situación traumática.
Es importante que pares de hacer este ejercicio si en algún momento no puedes controlar el malestar o gestionar las emociones que te vienen, es posible que si el componente emocional negativo es muy intenso, este ejercicio pueda hacerte revivir la situación y sentirte incapaz de gestionar el malestar. Si la intensidad del malestar es demasiado fuerte, quizás tengas que valorar pedir ayuda a un profesional.
- Imagínate que estás en un cine, vacío, estás tú sola, te sientas donde más te apetezca. En esa pantalla, se va a visualizar tu parto, desde el inicio, hasta cuando ya estás tranquila en casa con tu bebé. Puede que sean 8 horas de vivencia o dos semanas por ejemplo si has tenido a tu bebé en una incubadora, el tiempo que sea.
- Es importante que lo visualices como una espectadora, sin implicarte en la situación, sin vivirlo en primera persona, si no eres capaz de visualizarlo desde el cine, es mejor que no hagas el ejercicio.
- Cuando estés preparada, cierra los ojos y visualiza toda la vivencia, en orden cronológico, a la vez que haces el abrazo de mariposa.
- Cuando termines de visualizarlo, dejas de hacer el abrazo de mariposa y haces tres respiraciones profundas.
- ¿qué debería ocurrir? Que el malestar, esa sensación desagradable que sientes en el cuerpo, esa congoja, esas ganas de llorar o ese nudo en el estómago o en la garganta, se vayan disipando poco a poco. Si funciona y te sientes algo más tranquila cuando termines de visualizarlo todo, puedes repetirlo tantas veces como necesites hasta que el malestar haya disminuido o haya desaparecido. Las primeras veces es normal que conectes con todo el material traumático que tienes atascado y que sientas ese malestar de manera intensa.
El abrazo de mariposa ayuda a tu cerebro a procesar la información y hace que disminuya la carga emocional negativa y el malestar. Cruza tus manos sobre el pecho como en la foto y date toquecitos de manera alterna con las manos, es importante que tengas las manos cruzadas y que alternes los toquecitos con una y otra mano.
Una velocidad adecuada podría ser unos 3-4 toquecitos por segundo (no tiene que ser exacto, es para que te hagas una idea aproximada, hazlo como te encuentres más cómoda)
Reserva tu primera sesión con nosotras aquí:
0 comentarios