El parto ha ido «bien»…

10 agosto 2021
el parto ha ido bien

Puedes reservar una llamada telefónica de 15 min para aclarar tus dudas

Es curioso y sorprendente cómo ven, no solo las madres, si no toda la sociedad, lo que es normal es un parto. Estaba hace unos días leyendo el estudio “Experiencias de las mujeres durante el trabajo de parto y parto”, en él se ve perfectamente reflejada esa creencia: Si el bebé y la mamá están vivos, el parto ha ido “bien”.

Hace apenas 15 días que dio a luz una amiga mía. Cuando me relataba el parto, me describía situaciones e intervenciones que me erizaban la piel, pero que ella veía como normales. Ella sentía que al ir a un hospital era normal que te pusieran una vía, era normal que no te dejarán comer ni beber (durante unas 20 horas), era normal que le hicieran una episiotomía (por la cual lleva 15 días en los que todavía no ha sido capaz de salir a la calle a caminar porque el dolor y la incomodidad se hacen insoportables), era normal utilizar una ventosa para sacar al bebé porque ella no era capaz de realizar pujos efectivos debido al cansancio y a la dosis de la epidural que no le permitía mover las piernas. Y su frase final, pero el parto fue bien porque el bebé está genial y me lo sacaron sano. Justo una frase similar es la que más me ha resonado del estudio:

“Cuando un parto sale bien y la madre escucha llorar a su hijo, siente que todos los malestares del trabajo de parto valieron la pena.”

Ese “cuando un parto sale bien” está totalmente malinterpretado en nuestra sociedad, cuando en realidad es, el parto ha ido fatal, pero parece que el niño está vivo y responde bien. El parto no ha salido bien, porque la madre ha sufrido, ha sentido miedo mientras los profesionales hablaban de cortar y utilizar instrumental para sacar al bebé lo más rápido posible. Ha ido mal porque esa madre tiene una recuperación horrorosa que requiere de rehabilitación para tratar esa cicatriz enorme. Ha ido mal porque sacar a un bebé con una ventosa, traccionar de esa manera su cabeza para salir a la velocidad que quiere la ginecóloga no tiene que ser agradable para nada. Ha ido mal porque la madre estaba tan dolorida que el inicio de la lactancia era un suplicio. Ha ido mal porque en el hospital no hacían más que presionarla para complementar con un biberón porque si no cogía pronto peso era muy peligroso para el bebé.

Evidentemente, cuando mi amiga me relata su historia, yo escucho, escucho activamente, asiento y callo, callo todo lo que se me pasa por la cabeza porque esa madre, en ese momento, no necesita escuchar lo que pienso. Pero me estremece que las mujeres hayan normalizado esa violencia gratuita y encima den gracias. Dan gracias a los profesionales, a veces dan gracias incluso a Dios, de que todo “haya ido bien” porque tienen un bebé sano en sus brazos.

Yo decidí dar a luz a mi bebé en casa (al final nació en un hospital pero eso es otra historia). 

La mayoría de las reacciones de la gente al conocer la noticia del parto en casa fue de mucha sorpresa, hay mucha gente que ni siquiera sabe que esa opción es posible, o legal, pero sobre todo hubo reacciones de mucho miedo. ¿cómo voy a ser capaz de hacerlo sin epidural?, ¿y si algo sale mal? ¿Qué necesidad tengo de ponerme en peligro a mi y al bebé?.

Cuando me cuentan historias de parto como la de mi amiga, me alegro de haber tomado esta decisión, de tener una perspectiva muy diferente a la de la mayoría, de saber que el cuerpo es sabio y que hay otras maneras de hacer las cosas, en las que la mujer no tiene por qué sufrir o atravesar por todas esas incomodidades y miedos sin necesidad.

No digo que la única alternativa para eso sea dar a luz en casa. Esa es mi alternativa, lo que a mí me da seguridad. Esta primera vez no pudo ser, pero tengo claro que mi siguiente parto será en casa.

Lo importante es ser consciente de lo poco que se cuidan ciertos detalles que son indispensables, como el bienestar emocional de la madre, que no sienta miedo, que no se sienta sola, que se le permita tener intimidad, que piensen en cómo va a ser esa primera experiencia con el mundo exterior para el bebé, que solo necesita el cuerpo caliente de su madre.

Me encantaría vivir en un mundo en el que no me diera miedo parir en un hospital…

Referencia al estudio:Giraldo Montoya, D. I.; González Mazuelo, E. M.; Henao López, C. P. Experiencias de las mujeres durante el trabajo de parto y parto. Av. enferm. 2015, 33, 271-281.



Reserva tu primera sesión con nosotras aquí:


¡Cuéntanos tu experiencia en nuestro foro!

https://www.bienestarperinatal.com/foros/

Sandra Quiles

Sandra Quiles

Soy Sandra Quiles, psicóloga perinatal, mamá valiente y mujer soñadora, y no precisamente cada día en el mismo orden. Estoy al frente del Instituto de Bienestar Perinatal. Desde donde te ofrecemos recursos valiosos para ayudarte a maternar libremente y ofrecerte una red de apoyo y una tribu donde compartir con otras mamás únicas.

En la misma categoría

0 comentarios